Nacional
La creación de una comisión presidencial para elaborar una iniciativa de reforma electoral, anunciada por Claudia Sheinbaum Pardo y encabezada por Pablo Gómez Álvarez, ha generado una fuerte polarización política antes incluso de que presente una propuesta formal.
La oposición y críticos de la llamada Cuarta Transformación alertan que el grupo de trabajo podría poner en riesgo contrapesos institucionales como el Instituto Nacional Electoral (INE) y abrir la puerta a que Morena consolide un nuevo esquema de partido hegemónico, en línea con las reformas impulsadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el oficialismo, la postura es distinta. Voceros de Morena niegan intenciones autoritarias y aseguran que la reforma buscará mejorar la representación popular. Afirman que todos los sectores sociales podrán participar en foros de consulta y que la comisión no retomará la polémica iniciativa presentada por López Obrador en febrero de 2024, como parte del llamado “Plan C”.
Expertos y observadores electorales consultados señalan que la integración de la comisión —compuesta por siete integrantes provenientes del Poder Ejecutivo y del oficialismo— genera dudas sobre su imparcialidad. Sin embargo, consideran relevante la promesa de Sheinbaum de escuchar a todas las voces. Recuerdan que cualquier cambio constitucional deberá ser aprobado en el Congreso, donde los liderazgos de Morena no necesariamente están alineados con la presidenta y su equipo cercano.